El mundo en que vivimos caracterizado por grandes avances en las tecnologías, la información y la comunicación, pero también, forjador de una ciudadanía que vive muy enfocada en la producción para mejorar sus niveles de vida y hacer frente a las necesidades cotidianas, está dejando de lado, o más bien, dándole poca importancia a la necesaria misión de repensar la política a los fines de que las personas no se mantengan tan distantes y divorciadas de los valores que constituyen la esencia de la democracia.
La democracia dominicana requiere de un proceso de sustanciación, en el cual repasemos las conquistas que hemos alcanzado en las seis décadas de vida democrática republicana, pero también, identificando los grandes retos y desafíos que tenemos como colectivo nacional, de modo que las personas se sientan más identificadas, más promotoras y más defensoras de los valores de este sistema político.
El proceso constructivo de la democracia dominicana ha estado sustentado más en el rechazo y la difusión de los daños causados a la dignidad humana por la dictadura de Trujillo, que en la siembra de los principios y valores reales de la Democracia. O sea, que una parte considerable de la población dominicana se identifica con la democracia más por el miedo a Trujillo que por la conciencia de que éste es el mejor de los sistemas políticos conocidos hasta el momento por la humanidad.
Es hora de que pasemos de la democracia del miedo a la... Seguir leyendo
democracia de las grandes conquistas, de los avances institucionales y los progresos sociales. Es hora de que fortalezcamos y defendamos nuestro Estado de derecho y el respeto a las leyes.
Es hora de trabajar en el desarrollo de una ciudadanía que tenga plena conciencia sobre logros alcanzados por la sociedad dominicana en el ciclo de la democracia, y de esa forma lograremos cambiar la actitud de algunas personas quienes desde que perciben que algo no anda bien en el sistema, inmediatamente están manifestando loor y gloria a Trujillo. La mayoría de estas personas se expresan de modo inconsciente, más bien, movidos por su ignorancia de los principios y valores democráticos.
Repensar la democracia implica asumir la tarea de que los valores esenciales y principios de libertad, dignidad humana, igualdad, imperio de la ley, la justicia, la solidaridad, la convivencia fraterna, el bienestar social, el equilibrio ecológico y el progreso y la paz como factores esenciales para la cohesión social, consagrados en el Preámbulo de la Constitución, modelen el pensamiento, la expresión y actuación del pueblo dominicano, en su meta de construir un porvenir mejor.
El sistema democrático y el Estado democrático dominicano se han fortalecido considerablemente en las últimas dos décadas, pero no debemos detenernos sólo en los comentarios, análisis y reflexiones sobre las reformas realizadas y las metas alcanzadas.
Es importante que pensemos también en la democracia del mañana, en el Estado democrático que aspiramos a construir, conscientes de que ningún otro sistema político como la democracia ha contribuido a la promoción de la libertad y la igualdad.
El proceso democrático, como señala Robert A. Dahl en su libro La democracia y sus críticos (p.373) “promueve el desarrollo humano, sobre todo en lo tocante a la capacidad para ejercer la autodeterminación, la autonomía moral y la responsabilidad por las propias elecciones”.
Por último, enfatiza este prestigioso politólogo, que “es la forma más segura (aunque en modo alguno sea perfecta) de que disponen los seres humanos para proteger y promover los intereses y bienes que comparten con otros seres humanos”.
La democracia es buena, y debemos cada día apreciarla más. También, es importante que estemos permanentemente enfocados en lograr su mejoría. De esa actitud, dependerá en parte, que el futuro de la humanidad sea bueno o malo, que vivamos con tranquilidad y felicidad en un marco de respeto a los derechos fundamentales y de justicia social.
La autora: Margarita Cedeño De Fernández
es vice-presidenta de la Rep. dominicana
La autora: Margarita Cedeño De Fernández
es vice-presidenta de la Rep. dominicana
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